CASA PEDREGAL, LA CASA BARRAGÁN QUE NO EXIGE NADA
Cortesia del artista
Casa Pedregal es un lugar de energías. Tal vez sea la base de antiguos lechos de lava Xitle, la refrescante apertura de una casa con estilo de hacienda construida en una ciudad de millones de habitantes, o el juego con la luz que domina el arquitecto y desarrollador Luis Barragán. Sentí la energía al salir del salón y el comedor, un enorme espacio abierto con luz natural lateral, para entrar en las cocinas en donde La temperatura se transforma en frescura.Una sutileza que asocio con el repentino golpe de oxígeno que se siente en los jardines de Ciudad de México. Hay un momento de oscuridad al atravesar las despensas, y luego vuelve a haber luz al llegar a la cocina. Retirada del beige original al rosa cálido, un palimpsesto y una oda a los exteriores amueblada con una duradera mesa de comedor original forrada de acero, sillas Bertoia y la única ventana que da a la calle en toda la propiedad. La cocina es ese punto de reconocimiento de que Casa Pedregal es un espacio habitado. Menos museística, un encanto que la diferencia de otras propiedades residenciales de Barragán como la Casa Estudio o la Casa Giraldi. Sigue siendo una vivienda, cuyo creador valoró la privacidad por encima de todo, construida con capacidad y previsión de otra intención, de mayor uso social e intervención cultural.
Photographer Pia Riverola shares a visual story of Casa Pedregal, the Barragán house that demands nothing.