CROSSING CURRENTS, UNA CONVERSACIÓN SOBRE ARQUITECTURA Y SU VIOLENTA RELACIÓN CON LA CULTURA

Arte, Cultura, México
Texto por Samantha Ozer
Fotografía de cortesía por los artistas
Ouroboros Film and Stills, 2017, cortesía del artista e Imane Farès, París.

 

 

FOTOGRAMA DE "WINDJARRAMERU (THE STEALING C*NT$)" (2015), KARRABING FILM COLLECTIVE

Crossing Currents fue un programa de proyección que mostró 14 obras de vídeo y películas curadas por Samantha Ozer que recientemente tomó lugar dentro de Galerie Nordenhake, en la Ciudad de México. Era la primera vez que la galería acogía un ciclo de vídeo y cine y fue uno de los primeros programas que se proyectaron en su nuevo espacio Roma Norte, diseñado por la arquitecta Frida Escobedo. El programa es una conversación sobre la arquitectura de los espacios construidos y sus violentas interacciones con el entorno y la cultura. Samantha descubrió a muchos de los artistas durante las visitas a los estudios y reconoció un tema que había estado rumiando: la relación entre la ciudad y el campo, cómo en las dos últimas décadas la arquitectura no estaba reconociendo el efecto que los edificios tienen en el diseño urbano, la vida social y la creación de una identidad. “Nuestro ambiente afecta la manera en la cual nos vemos a nosotros mismos y la manera de interactuar con otra gente”. Este grupo de 14 artistas desvela estas relaciones a través de una narrativa poética hacia una violenta realidad, haciendo referencia a lo que Ozer describe como “ciclos de trauma”.

La noche de la segunda proyección, Samantha Ozer, cuyo trabajo gira en torno a cuestiones de arte y diseño, se sentó con la editora de MATERIA, Sarah Len, para entender cómo surgió este ambicioso proyecto y cómo se relaciona con un enfoque humanista de la arquitectura y el diseño. La historia que sigue es una adaptación de la conversación.

En la pandemia, vimos mucha gente que tenía acceso para abandonar ciudades y comenzar un éxodo a lo que consideramos como el campo. Dentro de esto, emergen discursos de ciudades siendo peligrosas e infecciosas mientras que por otro lado perciben al campo como seguro, lozano y con más espacio y aire. Mientras que esta visión de romantización exista en algunos lugares, los pueblos también son un espacio de deforestación, minería, fracking, producción, una urbanización inminente e incontables otras maneras de extracción humana en la cual los humanos comúnmente interactúan con otras especies de forma violenta. En muchas maneras, la pandemia es síntoma de esta crisis ecológica. Esta parte ante una actitud ambiental de explotación en donde los límites son dibujados entre la idea humana y el espacio ecológico, con humanos en el centro. Sin embargo estas zonas no son discretas. Los humanos y sus casas existen dentro de ecosistemas interconectados que implican actores no-humanos y expansión peri-urbana rural.

Para el programa proyección, quise juntar un grupo de 14 artistas internacionales; Basma Alsharif, Kiluanji Kia Henda, Garush Melkonyan, Laura Huertas Millán, Tuan Andrew Nguyen, Fernando Ocaña (en colaboración con Alejandro Veneno), Karrabing Film Collective, Luiz Roque, WangShui, Himali Singh Soin, Kandis Williams, Tania Ximena, y Yang Fudong. Añaden más matices a nuestra concepción de la relación entre el entorno construido y el natural, el tráfico entre la ciudad y el campo y las agitadas corrientes ideológicas que circulan por este flujo multiforme. El programa toma una narrativa que nos lleva a través de cinco temáticas existentes o heredadas mitologías que adquirimos de la naturaleza y cómo esto nos lleva a la construcción de una identidad personal, la experiencia emocional y los métodos para comunicar diferentes planos, la moción y memoria para explorar la presencia y desaparición de cultura y recursos naturales, los actores humanos/no-humanos cuyo trabajo y supervivencia están directamente influenciados ante la explotación de recursos y las visiones alternativas de la vida en cara a un planeta ecológicamente devastado.  

FOTOGRAMA DE "FROM ITS MOUTH CAME A RIVER OF HIGH-END RESIDENTIAL APPLIANCES" (2018), WANGSHUI.

En términos de arquitectura y diseño, cuando se trata de estas obras, podemos ver una línea conductora que representa conciencia y argumento que hizo crecer la idea de que un ambiente construido tiene gran poder. Más en específico hacia el tema, la arquitectura no existe dentro de una aspiradora. Los edificios y su red de conexiones en la escala de urbanismo determina cómo nos movemos y dictan la proximidad hacia otras especies y naturaleza. Por ende, afectan la construcción de nosotros mismos y cómo interactuamos con otros humanos. Nuestros alrededores cambian nuestras identidades personales y colectivas, representativas de lo que valoramos en términos de calidad de vida pero a la cultura también. En la película From Its Mouth Came a River of High-End Residential Appliances (2018), WangShui compuso una narrativa que interconecta su identidad con la arquitectura de Hong Kong sobre la línea del cielo. Atravesando los planos de la residencia Bel-Air, un condominio de apartamentos con vista al mar. El artista intenta narrar el viaje de volar un dron a través de hoyos diseñados en el centro de cada edificio. Los vacíos se alinean con los principios de feng shui y también permite  a dragones volar desde los montes y tomar agua del mar. En una ciudad donde el metro cuadrado cuesta alrededor de $200,000, esto se convierte en un testamento poderoso que estipula que un balance natural y un diseño estético era privilegiado sobre el margen de ganancia.

Mientras que WangShui ofrece una lectura más poética sobre la idea de que no hay un final absoluto ni un principio hacia la ciudad y su supuesto exterior periférico. El Karrabing Film Collective presenta una realidad violenta con un grupo de media indígena nativo que se lleva hacia unos territorios en el norte de Australia. El colectivo creativo se centra alrededor de hacer visible las legacías de la violencia colonial y condiciones actuales de explotación en las manos de poderes corporativos. Windjarrameru (The Stealing C*nt$) (2015) es la historia escrita de un grupo de jóvenes indígenas que los minadores falsamente acusaron de robar cerveza. Mientras que los mineros están ilegalmente probando minerales de hierro cerca a un sitio sagrado, los jóvenes están obligados a esconderse en un manglar “químicamente comprometido”. Aquí se comprometieron efectos de salud riesgosas y detención por la ley. Al extraer materiales de edificios, el ambiente natural y la vida de aquellas personas que viven en esos espacios rurales han sido violadas. Esta historia es parte de una narrativa más grande en la cual el desperdicio de desechos/toxinas junto con químicas son producidas en áreas con densas poblaciones que son emitidas en el campo, aquí son recicladas de regreso hacia sistemas de agua y comida.  Como consecuencia todo esto está interrumpiendo comunidades locales e indígenas. Los recursos naturales que son extraídos sin buena consideración para la sustentabilidad amenazan a la supervivencia y contribuyen a crónicos desastres ecológicos.

FOTOGRAMA DE "OUROBOROS" (2017), BASMA ALSHARIF.

OUROBOROS (2017), BASMA ALSHARIF EXTRACTO POR CORTESÍA DEL ARTISTA Y DE LA GALERIE IMANE FARÈS, PARÍS.

El primer largometraje de Basma Alsharif, Ouroboros (2017) extiende la discusión de las consecuencias de la violencia colonial en ciudades y comunidades. Esta película experimental sigue a un hombre a través de cinco diferentes planosLa Franja de Gaza en Palestina ocupada, Los Ángeles y el desierto Mojave en California, Matera y Martina Franca en Italia y Castillo Trohanet en Brittany, Franciacon esto se quiso marcar una meditación topográfica sobre los ciclos del trauma y el duelo masivo. Tal y en cómo los símbolos antiguos de Ouroboros, una serpiente de comiendose su cola, la película se da vuelcos por sí misma y se sostiene en círculos, existiendo fuera del tiempo en donde se examina un deseo por un retorno eterno a un lugar que está continuamente en el proceso de desaparecer. Para Alsharif, las atrocidades cometidas contra la gente de Palestina y los planos están relacionados a otras religiones que son atacadas en ciclos sin fin de destrucción y renovación. Ante muchas cosas, la toma de decisión reciente del gobierno Israilí que saca a todas las familias de sus casa es un problema arquitectónico y urbano. Han habido discusiones de israelitas creando nuevos acuerdos, rediseñando el plano arquitectónico del barrio con la esperanza de cambiar toda la fábrica social del geográfico completo en dicha área. 

Dentro de la Ciudad de México, cuando España colonizó el Imperio Azteca, se tomó como táctica drenar el Lago Texcoco para controlar el nivel de inundaciones. La ciudad es reconocida por estar hecha sobre la cuenca del lago que algún día existió. Hoy en día, existe una ironía negra de que una ciudad que flota en el verano por lluvia pesada y su lago no tiene agua disponible. Por lo mismo el agua viaja miles de millas, desde pozos de agua y muchas plantas de purificación viajan hasta el punto de alcanzar 2,000 metros para llegar hacia la ciudad. Habilitando que el agua salga de las llaves. Dependiendo de las clases, diferentes áreas geográficas tienen volúmenes de agua y tiempo con más horas corriendo agua por día que otros países. Así que cada vez que prendes la llave del agua eres llevado hacia la relación entre ciudades y sus alrededores. Después de pasar por una diversidad de geografías, partiendo de Sudamérica hacia el Antártico y las Filipinas, el programa acaba en la Ciudad de México. Fernando Ocaña colaboró con el compositor Alejandro Veneno y crearon un retrato de la ciudad. Junkspeed (2018) es una compilación de grabaciones de un iPhone que Ocaña grabó al manejar en la ciudad por varios años y es que se quiere representar el carácter fuerte de la ciudad, su velocidad, movimiento y algunas de las personas que la habitan.

FOTOGRAMA DE “JUNKSPEED” (2018), FERNANDO OCAÑA.