SI FUERA DEL SITIO | NOÉ MARTÍNEZ Y MARÍA SOSA: TEPALCATES DE SUEÑOS

Arte, México
Texto de Samantha Ozer
Cortesía de los artistas y del Instituto Suizo
Fotos de Ramiro Chavez
En exhibición del 26 de mayo al 17 de julio de 2022 en el Seminario 12 Ciudad de México

En Náhuatl, la lengua predominante que se hablaba durante tiempos prehispánicos y es el segundo lenguaje en México hoy, el sistema numérico es vigesimal—el número veinte también representa la unidad de conteo: el uno. Derivado de los veinte dedos en el cuerpo humano, es un sistema métrico y comunicación cuyo protagonista es el cuerpo. Para Noé Martínez y María Sosa, de linajes Huasteco y Purépecha, respectivamente, el cuerpo es un conducto para investigar un pasado prehispánico que disecciona el primer contacto entre las culturas prehispánicas y europeas. Sosa y Martínez exploran el lenguaje y la memoria como herramientas decolonizadoras. Mientras la obra contiene arduo trabajo investigativo en arqueología e historia –Tepalcates de sueños, un proyecto del Instituto Suizo fuera de la sede, situada en el Centro Histórico de la Ciudad de México—los artistas utilizan estas metodologías así como los sueños como materia prima para emprender un viaje introspectivo.

Los artistas viven juntos desde 2010, intercambian y archivan meticulosamente sus sueños.” La exposición incluye un nuevo conjunto de 20 pinturas: diez de Martínez, que miden su altura de 1,68 metros, mientras que las de Sosa miden su altura de 1,58 metros. Guiño a que a través de la colaboración, sus cuerpos inician y terminan un conteo completo, un todo único y multiplícito. Un elemento que destaca en los cuadros es la correspondencia psíquica apreciada en los símbolos gemelos vistos a través de la secuencia: manos, árboles, agua, frijoles, serpientes. Al reverso de la obra, un manuscrito en tinta denota diferentes interpretaciones en español. Dependiendo de la óptica, la serie ofrece una propuesta literaria o visual de los sueños, exponiendo la brecha entre estos modos de transmisión y tendiendo un puente entre diferentes sistemas de comunicación: la imagen, la numerología Náhuatl y la lengua Española.

Más que un fragmento, un tepalcate es una pieza de barro rota, un objeto histórico. Para los artistas, va más allá y representa un conocimiento corpóreo y ancestral, un objeto onírico. Los objetos de la obra tienen un valor simbiótico: una serie de esculturas hechas en roca volcánica tallada con obsidiana forma una constelación de estanques de aguaen el suelo de la galería en referencia a Tlalocán, un paraíso azteca gobernado por Tlaloc, dios de las lluvias. El lugar de la exposición en el Seminario 12 se convierte así en un puente entre el México prehispánico, el colonial y el actual, y los mundos del sueño y la vigilia. Construido a finales del siglo XVII en un terreno que fue el centro sagrado del Imperio Azteca, el Seminario 12 es la casa habitada más antigua de Ciudad de México. Está situado junto a las ruinas del Templo de Tezcatlipoca y la Plaza de la Constitución o El Zócalo, la principal plaza pública actual. Como residencia parcialmente activa, es más que un sitio histórico, pero también un espacio doméstico y un lugar para soñar.

Mientras que los sueños tienden un puente en el tiempo, sirviendo como depósitos de conocimiento como fuerza contraria a los sistemas de información coloniales, difuminan la diferencia entre especies y forman un vínculo entre animal y hombre. Martínez y Sosa cuentan sus encuentros oníricos con animales y cómo se enfrentan a sí mismos en forma animal—son manos acariciando un animal…con mi mollera animal…un animal te econtró hambriento, etc. En el texto de flujo de conciencia que varía entre frases y palabras, los animales les ayudan a complicar diferentes estados de realidad y conciencia.

Para los artistas, la imaginación, una forma activa de conciencia, corre el riesgo de ser sometida al pensamiento ordenado y colonial—una trampa para creer que hombres y animales son distintos un puente sometido a la geomtria, a la existencia imaginaria la existencia sin experiencia. Mientras que los sueños, una forma inconsciente de pensamiento, son una forma de conciencia más profunda y encarnada que tiene el potencial de conectarnos con otros seres y con la tierra.

Un nuevo vídeo de performance de dos canales proyectado en el espacio de la galería demuestra el poder del sueño encarnado. Aquí, los artistas improvisan intuitivamente sus sueños, presentando el movimiento como un modo alternativo de comunicación más allá de las complicaciones y la violencia del lenguaje. Este vídeo es un adelanto de una nueva performance presencial, Una Ballena, Una Serpiente, Frijoles Rojos y El Mar, que se representará in situ. Una segunda performance, El encuentro de los tepalcates, que se mostrará por primera vez en la azotea del Instituto Suizo de Nueva York en mayo de 2021, tras una residencia virtual en 2020 debido a la pandemia, cerrará la exposición. Si bien Martínez y Sosa mantienen sus prácticas individuales, es a través de la colaboración y los intersticios entre ellos, que manipulan como un puente más que una brecha para vincular transtemporalidades y modalidades.