KEVIN FORD, ENTRE EL RECUERDO Y EL RESPLANDOR

Arte, Estados Unidos
Fotografía por cortesía del artista Kevin Ford, Kate Werble Gallery, Nueva York, Semiose, París y 12.26 Gallery, Dallas.
Fotografía de A. Mole y Matthew Sherman
FOTOGRAFÍA POR CORTESÍA DE 12.26 GALLERY, DALLAS.

Kevin Ford es un artista afincado en Nueva York y nacido en Connecticut. Pasó su juventud tomando el tren a la ciudad de Nueva York para visitar galerías y museos para alimentar su interés por el arte. Después de asistir a la Universidad de Boston y de graduarse en Yale con «un elegante título de arte», Kevin se alejó de la pintura durante una década. Una decisión que considera que no estaba preparado o dispuesto a participar en las conversaciones que se estaban produciendo en el arte en ese momento. Durante ese tiempo trabajó con cerámica: «trabajar con la escultura me hizo ver la pintura como un objeto, no sólo como un cuadro», introduciendo la sombra y la dimensión de los objetos en la composición de su pintura, que retomaría casi una década después.

Cuando Ford volvió a pintar, la era digital hacía furor. Su obra recuerda a una resolución pixelada ampliada, pero para Ford es una referencia a lo elemental, a la imagen posterior que sucede cuando el color se pega a la retina. Su proceso implica mucha destrucción. Trabajar en 30 cuadros a la vez para conseguir 5 obras. Componiendo una especie de alfabeto de objetos, Ford utiliza el color como medio engañoso para dar al espectador la información justa para rellenar el espacio en blanco, pero no lo suficiente como para alejarle de la experiencia vivida. Sus cuadros están a medio camino entre el recuerdo y la mirada. Mirando al mundo, dibujándolo a su manera, interpretándolo a través del color y la pintura.

Recientemente, Kevin renunció a su hermoso estudio, lleno de ventanas y orientado al norte, para pagar una terapia y trasladar su estudio a casa. Sentirse cómodo en un espacio y alejado de la presión de tener que ir a un lugar para crear fue un gran avance en su práctica. «Sólo quiero hacer un cuadro si siento que hay que hacerlo. Si no tengo una razón para hacer el cuadro, no es necesario que exista».

FOTOGRAFÍA POR MATTHEW SHERMAN POR CORTESÍA DE KATE WERBLE GALLERY, NUEVA YORK.